Dice la sabiduría popular que: "una
imagen vale más que mil palabras…"
Sí. A veces una imagen te
sobrecoge, te conmueve, te sacude por dentro, y te habla con miles de palabras.
O, quizá, con ninguna, y, entonces, te inunda el silencio. Un silencio denso.
Denso, y ruidoso, que estorba en los oídos y empieza a germinar por dentro en no
sé qué futuras acciones.
Esta niña…
Su carita. Su mano
tapando los ojos de su muñeca para que no vea el horror. En su infantil vocabulario
puede que no conozca las palabras: terror, atrocidad, espanto, miedo,
aberración, pérdida, desesperanza, muerte…
Tristemente, las siente. Y como
ella las siente, no quiere que su muñeca las sienta. Y, cubre sus ojos,
queriendo proteger su inocencia.
Ella... Esta niña; su gesto: ¡Vale más que miles de
palabras!
Esa foto es de un terremoto en Turquía en 2007, todo u n ejemplo de lo que un fotógrafo puede manipular la realidad, enternecedor si, pero tiene todo para ser un posado en el que el fotógrafo dice a la niña como ponerse,a partir de ahí en 2018 vuelve a circular con mensajes sobre las barbaridades de las guerras, del conflicto de Palestina, o del de Siria, todo desde la tranquilidad de nuestros móviles.
ResponderEliminarEstimado/a lector/a, gracias por tu aportación. Por favor, me gustaría saber la fuente de tu información, ¿Cómo sabes que era un posado...? De todas formas, como sabrás, hay miles de niños y niñas que siguen viviendo el espanto y nadie puede hacerles una foto.
EliminarTambién hay fotógrafos que no han necesitado posados porque la realidad que han mostrado sencillamente superaba cualquier imaginario, pienso ahora por ejemplo en Sebastiao Salgado. Y, sí, llevas razón, observamos el terror-la mayoría de las veces- desde la tranquilidad de nuestros móviles.
¡Saludos!