domingo, 13 de abril de 2014

La ALEGRÍA

Existen por ahí unos ladrones extraños....
Son muy silenciosos.
Especialistas en camuflaje. Se van acercando sigilosamente a la persona, sin despertar  sospecha alguna;  sin el más mínimo ruido. Y sin que te des cuenta te roban uno de tus tesoros más preciosos, Tu Alegría
¿Te han robado la Alegría...?

Pasan de largo imperceptiblemente, con su botín ya repleto  de sonrisas, ilusiones y esperanzas.
Y sin enterarme siquiera; uno de esos secuestradores de la bondades del alma, debió visitarme mientras dormía o quizá aprovechó algunas de mis distracciones. No lo sé. Solo sé que por un breve tiempo, me quedé sin mi alegría, sin que fluyera espontánea  mi sonrisa.
Y lo peor de todo es que ni la echaba de menos...
Hasta  el otro día.
En una última clase, de uno de los cursos que imparto,  una querida alumna me mandó su valoración de la clase. Y la  concluía con unas líneas rebosantes de cariño y un  maravilloso poema de Benedetti
Y después de leerlo, misteriosamente, tal y como se fue;  mi alegría regresó de repente...
Gracias Mercedes!!!

"Te envío este poema que  Benedetti escribió sobre la alegría y que me lleva dando vueltas en cada clase tuya como una letanía, porque he sentido que ante todo y sobre todas las cosas, tu nos enseñas a defender la alegría sobre todas las cosas. Gracias

Un abrazo grande  
    “DEFENSA DE LA ALEGRÍA”
Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
                  y también de la alegría.
 

Mario Benedetti