miércoles, 1 de diciembre de 2010

Sagrada Familia-Gaudí-

Tres albañiles estaban trabajando.
Alguien se acerca y le pregunta a uno de ellos: –¿Qué está haciendo?, y le responde sin mirarlo siquiera; un poco malhumorado: –Pongo ladrillos.
Camina un poco más y le pregunta al segundo albañil: –Oiga, ¿qué está haciendo?, el hombre lo mira y le contesta, quejándose: –Construyo un muro.¿No lo ve? Por último, el sujeto le dice al tercer albañil: –Oiga! ¿y usted qué hace?, sonriente el hombre le dice:
-¡Construyo una catedral!
 
Así nos pasa muchas veces en la vida, creemos que sólo estamos poniendo ladrillos, cuando en realidad cada uno de nosotros es un constructor maravilloso,que está construyendo algo mucho más grande, hermoso, y trascendente de lo que imagina...
Somos arquitectos de nuestra vida!!! Constructores de nuestro de destino!!!
¿Y tú...?
¿Qué estas construyendo....?



6 comentarios:

  1. PRECIOSO PRECIOSO PRECIOSO. Ahora sí que me he quedado con una sonrisa boba en la cara.

    Me ha parecido un hombre de lo más inteligente el que solo creía estar poniendo ladrillos..

    Mañana te contesto a lo otro. Muaks

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  2. como dice Eponine el hombe de los ladrillos tambien era guay. hacia su trabajo y punto, y sabia lo que hacia. la pena era que no miraba más allá. No tomaba perspectiva.
    Muy bueno faro.
    Construyo uan mujer guay que no tiene miedo de los hombres en figuras de autoridad, sean estos profes, jefes o guardas de seguridad

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  3. Después del día de ayer, creo que estoy empezando a construir lo que dejé inacabado...
    GRACIAS
    MIL GRACIAS, FARO

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  4. Hola... muy bonita la reflexion, yo estoy construyendo con mucho amor.. el nidito para mi futuro bebe k està en camino..y espero con sabiduria saber construir a lo largo de su futura vida un Buen Hombre, una buena catedral,y sobre todo, como toda catedral alberga la Presencia y el Respeto a Dios,k mi hijo sea un hombre de bien y tenga a Dios por Guia en su vida...ladrillo a ladrillo...

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  5. Que pena que no me haya podido conectar antes al blog y leer esta entrada (no tengo justificación). Me ha encantado, porque en realidad, si todos tuviésemos esa perspectiva de la transcendencia de cada una de nuestras vidas, el mundo sería mucho mejor de lo que es en la actualidad.
    Nadie, ni nosotros mismos la mayoría de las veces, valoramos la importancia de nuestras propias vidas como algo único e irrepetible, destinados a transformar el mundo. Sí, somos constructores de catedrales, y en esa visión de que lo que yo aporto, al final tendrá un repercusión afín a nuestras vidas en la "construcción" del mundo que nos ha tocado vivir (y aún lo por venir, diría yo). Haremos una gran catedral donde las próximas generaciones puedan mirarse y decir, "yo también haré una catedral".

    Un abrazo a tod@s.

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Alúmbrame un poquito... Gracias